En el litigio de los procesos más frecuentes a los que te vas a enfrentar son aquellos relacionados a los pagos de deudas, sin embargo, previo a llegar a un proceso de recuperación de deuda, es muy posible que te pregunten o que sugieras el mejor método para garantizar una deuda, comencemos por el más común y menos práctico.
El pagaré es por excelencia el método para garantizar una deuda más conocido por las personas y si bien es mejor a no tener ningún documento que exprese la deuda, no es la forma más práctica de garantizar una adeudo, ya que si bien el proceso de un juicio ejecutivo mercantil implica iniciar embargando bienes del deudor, la posibilidad de que el deudor sea una persona insolvente o que busque tener un estado de insolvencia en perjuicio del acreedor son bastante grandes y en consecuencia eso complica la ejecución de la deuda.
Garantía con Prenda o Hipoteca
Una mejor forma de garantizar una deuda atendiendo al monto de la misma, puede ser mediante una hipoteca o mediante una prenda, recordemos que la hipoteca implica generar un gravamen sobre una propiedad del deudor y que dicha propiedad sirve como garantía de la deuda ya que el pago de la hipoteca se considera preferente. Ahora bien si el monto de la deuda no justifica el costo de realizar la hipoteca ante notario, se puede generar una prenda en donde el deudor deje un bien mueble al acreedor hasta que se realice el pago de la deuda y en caso de falta de pago dicho bien quede en propiedad del acreedor. Como puedes ver estos dos métodos son más efectivos para garantizar una deuda ya que implican que el acreedor no pueda ponerse en un estado de insolvencia real o aparente.
Ahora bien, otro método de garantizar una deuda que se llega a utilizar al redactar contratos, es mediante el uso de una fianza, la fianza implica que un tercero asuma el riesgo de garantizar el pago de una deuda del acreedor, obviamente la empresa o persona que emite la fianza se asegura de que el deudor le pague, pero el acreedor principal se verá beneficiado en el sentido de que en caso de incumplimiento, la afianzadora le debe pagar el monto que se haya especificado. Este tipo de garantía es común en contratos entre empresas cuando sus obligaciones son muy grandes y se busca cubrir o disminuir los riesgos por incumplimiento.
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